sábado, 5 de marzo de 2016

Las caderas no mienten
Lip’s Don’t Lie


Novela


Heldyn Guevara Revelo




©Heldyn Guevara Revelo 2016
heldynguevararevelo@gmail.com
Registro 10-551-295 Mininterior RDC.


Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida,
sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo
las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.



















¡Amor! Todos los días te visto y te desvisto,
veo tu ombligo, los dedos de tus pies,
tu trasero.
¡Y quieres que te ame!
J.P.Sartre.





Señorita, siente la conga
mueve tu cintura como toda Colombia.
Shakira














U N O

































Jueves 23 de abril de 2015


Pregunto por el culo de Circe y no recibo más que insultos y afrentas porque insisto en decir culo y no trasero o rabo como se dice acá. Yo les digo que la palabra culo es de origen latino y que ha sido consentida por la Real Academia de la Lengua Española y por consiguiente ocupa un lugar designado como todos los vocablos en el diccionario. Y persisto y hasta les cito textualmente*, pero me contestan iracundos que vaya a lamer el culo a España donde, desde luego y desde siempre, me encontraré con culos de todas las formas, edades y tamaños, porque el trasero de acá, a mucho honor, es más decente que el culo de allá. Esa es la única verdad: Las caderas no mienten. Yo les sugiero que si no quieren pronunciar con sus labios el culo español, que adapten entonces al idioma, —para que no se os escuche tan mal—, el cul incompleto italiano o el derrière señorío de los franceses, el acheterkant del reino anaranjado, el ario hinterseite, ó, aunque se tarden un segundo más que usen el back tradicional, el behind o el ass americanos para que suenen con varios sentidos. ¡Sans culottes! ¿Quién lo entiende? Los desventurados usan las palabras más ruines en sus hogares y las más nobles en las calles. ¡Es el ABC de la ignorancia!
Sentado frente a la filmadora, portando en mis ojos el oculus rift, pienso que le he quitado al alimento todo buen sabor, porque su deglución y lo consecuente me producen repulsión. No pienso cambiarme de ropa todos los días. Planeo dentro del cuarto oscuro tener un solo vestido como Sócrates y varios del mismo color y del mismo estilo que Einstein. Voy a entrar a este baile con los zapatos sucios. Quiero engañar con mis apariencias. Voy a fingirme un loco como San Gerardo para ser víctima de violentas befas. En este momento tienen más valor mis binoculares, la filmadora, la cámara fotográfica y mi computadora que cualquier otra cosa. Las cosas que en realidad no estorban, es decir los objetos necesarios, forman parte del Reino Herramiental. No quiero perder más el tiempo. O mejor, debo ocuparlo todo en una sola cosa. Quiero ahorrar mi belleza dentro de la fealdad para el día en que conozca el culo de Circe. Mi descuido obedece al robot controlado por la costumbre. Deslizarse como un gusano no es indigno. El gusano se arrastra con la esperanza más auténtica y constante de que algún día va a volar. Helena debería estar contenta porque al menos mis suspiros han suplantado los ronquidos.
Creo que además de culófilo me he vuelto culósofo. El culo, es, el no culo, no es.  Manifiesto I: Aquí impera la ley del “voltear a ver." Manifiesto II: El culo de Circe no huele a mierda. ¿El culo de Circe será más joven que el de Helena? Me refiero al estado de uso. Cada individuo tiene su época para enamorarse, para enfermarse, y en la mezcla de las bacterias de la pareja esa comedia que causa la seducción terminará siempre en una tragedia. Tal vez yo ame el culo de Circe por ser una mujer madura con caderas de señorita, y claro, ¡qué maravilla!, ¡qué manera de animarlo con semejante energía! Un momento... ¿Yo amo su culo más que a mi niña? El amor ya no es ciego: es profético. No hay discusión, porque los hombres enamorados se fijan pero no se atan a los rabos de otras mujeres. El amor es cuestión de mutua supervivencia: el que ataca primero sobrevive, es decir, el que ama primero no se acongoja y el que olvida, liquida. Se puede amar muchas veces y de varias maneras, pero olvidar sólo una. Todo amor fallido conduce a la profunda convicción de que lo amen sin amar. Las plantas aman la tierra, añoran la lluvia y desean algunos insectos; sus raíces se aferran al alimento, pero sus hojas viran estupefactas detrás de la luz. El amor es invertir lo que quiero recibir, es rellenar los huecos que forman las caídas de los frustrados. Sólo un Donjuán ama de verdad, aunque sólo sea en el primer minuto. Amar es dramatizar para obtener un bienestar emocional. Todo enamorado es desdichado. Dawn with love. Es el masoquismo de la victimización. El amor real no manipula, no ata, la sanguijuela de la celotipia no hace mella en la cabeza. El cuerpo tiembla cuando se contempla con su pareja, revienta y sale de su guarida para satisfacerse en un encuentro fortuito. No he conocido esa clase de amor. ¿Dónde nació el amor? Adán conoció el culo de Eva hasta mucho después de la cuita. El culo fue, es y será culo, eternamente vivo, que se encenderá y apagará con regularidad. Amo perdidamente el rabo de una mujer. Quiero decir el culo, porque el rabo es de los irracionales. Lo digo con el sentido miramiento. El colmo de la mentecatez: amar una mujer sin culo. He ahí el dilema.

Viernes
Quiero escribir aquí, a bordo de mi nave, de mi Volkswagen, como siempre lo he hecho, que últimamente he sentido ansias de masturbarme. Y sé por qué. No tiene nada de misterioso. ¿Hace cuánto tiempo que no lo hago? ¿Desde un día antes de mi matrimonio? He sido casi impoluto. Las únicas equis que conozco brillan en Hollywood. Para no insinuar ninguna aberración, jamás he asegurado las puertas con picaporte. He comprobado que cuando estoy enamorado no cometo actos impuros. Me reservo. Y de paso, me conservo. Pero aún no me he masturbado, así que sigo siendo intachable. Si el hombre nace bueno y si la sociedad lo corrompe, entonces no existen los malparidos. El primer perfeccionista es el último pecador. No es una verdad a medias. El que niega una cosa está afirmando lo contrario. Por ejemplo, si le digo a un hombre que es cobarde, éste tratará de demostrar lo contrario hasta que yo vuelva a recordárselo. Nos atrae mucho más la pareja que rechazan los demás. Todos los vivos somos cobardes. Pero menos cobardes que los que siempre llegan puntuales. Quienes reiteran que son hombres realmente no lo son. ¿Por qué nunca se tilda de cobarde a una mujer? Quien dice no, e inclina la cerviz, quiere decir sí. Con una estricta excepción: La flaca es deseable. En ese aspecto nos diferenciamos de los primates. 
Toda mi vida he soñado culos muy particulares. Un día soñé a Ofelia flotando de bruces porque tenía los glúteos muy grandes. Vi a Julieta elevándose desde su balcón halada de su par de globos carnosos. Y en otra ocasión el culo de Medea me hechizaba y convertía mi cuerpo en pedacitos. “Qué clase de brujería encendida en mi razón. Pero me matas de amor sin salida y qué haría yo.” Aunque hayan sido visiones es un excelso privilegio experimentarlas. La visión tiene algo de verdad. De real. La visión aventaja a la imaginación en ese sentido. ¿Viajar a Marte es algo racional? La visión cumple la mitad de lo que planeamos. La visión es un viajero que tiene licencia para franquear todos los límites. El confín de la miseria es llorar contra la pared del desaire de La Barranquillera.
 Debo descansar cambiando de dinámica. Pero no de quimera. Reemplazando un oficio por otro. Porque al dedicar mi vida a la búsqueda del culo de Circe he abandonado cosas que me habían costado mucho encontrar. No sé cuántos días he dejado de ir a El Dorado. Tampoco he ido a casa. Quedamente y en silencio salgo a la calle cuando el sol se va y llego cuando el sol se acerca. Eurínome no se atreve a competir con mi marcha. “Debes laborar, dice Angelito, debes asumir una obligación. Tienes que trabajar para comer.” “No trabajes, dice Diablito, tú no puedes actuar solo por amor. Ni pensar en algo racional para escribir. ¿A qué creador le agrada que lo observen cuando no puede crear? ¿Ni espiar?” No voy a trabajar gratuitamente. Mi responsabilidad está en dificultades. Padece el quebranto de una mujer a quien le han acabado de practicar la extirpación del útero. En este momento no sé qué se sirve primero, si el vino o el pastel. No sé qué terminar de leer si el Ulises de Joyce o el de Homero. La inseguridad hace tambalear los oráculos y conduce a la magnificencia. No trabajo para nadie. No quiero jefes. A nadie le voy a conceder el placer de mandarme. Si no he obedecido a los dioses, mucho menos a los hombres. “Maldito el hombre que confía en el hombre.” Como todos los millonarios, voy a crear mi propio negocio. Como Kroc, voy a simular vender comidas rápidas para apoderarme de las bienes raíces. Hago lo que amo y amo lo que hago, mas no hago nada que otros hacen por amor. Y aunque caigo y caigo con persistencia, no soy tan bajo, como el hombre que modula su voz frente a quienes aparentan tener dinero.

 Sábado, tres de la tarde
El comercial va por buen camino. Es lo que creo. Sé que debo aprovechar cualquier coyuntura, pero en el arte se ignora el inicio de la consumación. No invento por imaginación. Muero un poco cada día para poder contarlo. “Si es cuestión de confesar nunca duermo antes de diez ni me baño los domingos, la verdad es que también lloro una vez al mes.” Para aprender a vivir más allá. Y eso me alimenta. Porque, ¿un artista casado, disciplinado, podrá crear algo legítimo? No. Sólo reproduce. Como el comentarista de fútbol que nunca ha pateado un balón. Pero claro, la obligación depende de la productividad. Los yacimientos de mi materia prima, el oro blando de su cadera que nunca se agota, camina libremente por la tierra. ¿Qué pensarían los bolcheviques del capital que genera el producto de este culo interno bruto?
Helena debe andar buscándome montada en el Pegaso de la cólera. Marco me dijo que anda indagando por mis ojos, por mis labios y por mis manos que la nutren. ¿Qué clase de inasistencia alimenticia necesita? Es desolador pensar que alguien que te ama te esté esperando en el lecho legislativo adonde no quieres volver. El orgullo de Paloma debió emprender su último vuelo. Desde que la niña no me ve, se para furiosa en el mirador, se lanza en su Aeropatín gritándole a la gente que es la Superchica. “Despegaste del cemento mis zapatos para escapar los dos volando un rato.” ¿Cómo es posible que su padre ande tontamente detrás de un culo eventual, de un culo ciego, volador y sin corazón, en lugar de llevar al parque a jugar para desvanecer la ira de su hija Paloma? Y tan simpático que es. Tan elegante. Y tan inteligente. De tan buena familia. ¡Morboso! ¡Obsceno! ¡Pervertido! ¡Vulgar! ¡Sinvergüenza que avergüenza a sus parientes y conciudadanos! ¡Indeseable! Cristóbal: The Ripper. ¡The Mae West’s son!

Lunes 27
“Yo sé que no he sido un santo, pero lo puedo arreglar amor.” Yo quiero algo que me arrebata lo que quiero. Pero, con el pesar de todo, me muestro natural y no soy ecléctico. Y no lamo el culo del Presidente para evitar que me eche del gabinete de mi Patria. Lo bueno de las malas lenguas es que cumplen a cabalidad los procesos de comunicación. Mi aconteser es legítimo y no artificial como el acontecer de los maquinalmente obedientes. Una mitad de la ciudad sabe que soy malo y la otra mitad dice que soy bueno. Entonces, si me lanzo a la política tengo autorización del pueblo para rezar y pecar. Son esas mis medias naranjas. Pero me desvela más lo que piense de mí la gente que no me conoce. Entonces la democracia moderna se inspira en la gente cordial que recibe abrazos, en la gente buena que atiende besos y la gente audaz que aprovecha culos.
Me miro al espejo y creo que tal vez sí sea el Mireno, el vergonzoso en palacio. “No soy; ¿seré que sólo por pretender ser más de lo que hay en mí menosprecié lo que fui por lo que tengo de ser?” Intento borrar en el reflejo lo que los dioses no quieren que sea. Si tuviésemos el privilegio de vernos viejos un minuto por año seguramente creeríamos mucho más en nosotros. Deben odiarme, porque soy fácil de amar. ¡Me denuncio! Yo me acuso. Sé que la peor arma jurídica es la emoción. Y me declaro ser humano. Un humano fallible que puede engañarse o engañar. Me nombro animador de una acción adventicia. Todos somos iguales, aunque unos se parezcan más a otros o imiten ciegamente los preceptos de otros. ¿Quién ha atestiguado que todos los alemanes son hitlerianos, que todos los nazis son antisemitas y todos los judíos creyentes? Los hortelanos no viven de la ensalada. No se lee el mismo libro con la cabeza sobre la almohada a los pies de la cama. En un principio, Butch Cassidy fue mormón. El papel estelar de Mike Rourke, el niño malo del cine, siempre será el de San Francisco. Puedo sospechar que los ídolos también pecan, pero no puedo asegurar que el mosquito que me pica y me contagia sea un héroe o sea un villano. No todos los frutos del árbol del bien y del mal fueron malos. Escuetamente, la elección no fue acertada. Jamás podremos elegir lo que más nos conviene. Hemos heredado la manquedad de equivocarnos a perpetuidad. De ser esclavos del albur del libre albedrío. Copy right of God.
Aunque no fume, no beba ni me conozcan otras mujeres deben considerarme un dependiente sin causa. Un adicto sin ton ni son. Dicen que vago como un autista. Además de zombi, retardado y chiflado. Y les doy la razón. Me hace falta ese cigarrillo que fuman los amantes luego de hacer el amor, ese trago de vodka en medio de la nieve, el trozo de pastel en Etiopía, la gota de agua en el infierno y el aféresis ineludible para todo este atractivo espectáculo. Voy a protagonizar cosas buenas, ajenas al placer. Todo se debe a mi primer viaje sobre aguas turbulentas. Espero tembloroso el día viernes 3 de agosto cuando empieza la realización del comercial. “Tengo el presentimiento de que empieza la acción.”
 Algunas páginas de libros esotéricos me informan que soñar culos significa infertilidad. Debo suponer que aquellos estudiosos de las cuestiones oníricas llegaron a estas conclusiones porque notaron lo que yo estoy viviendo. El culo nace y se destruye por gigantescas catástrofes. El culo de ahora tendrá la misma suerte. Quiero el amor. Con razón. Debo seguir hablando del amor en esta parte. En la siguiente, aún no lo sé. Mi boca sabe a besos de labios a un metro de la lengua materna. No creo en el amor clandestino. Persigo el amor. Amaría a quien me ame en silencio. Celaría a quien me vigile. ¿Quién no es infiel con el pensamiento? Con un culo ajeno. En la historia del amor, muchos han amado perros, gatos, incluso bestias, y hasta les han cedido el imperio a los caballos, y yo, ¿por qué no he de amar un culo? No soy como el hombre que dice querer a la mujer y que sólo compartirá su vida con ella si abandona los hijos que nos son suyos. Es la ley del león: hijo por hijo y diente por diente. Amar sin ser amado es como limpiarnos el culo sin haber cagado, es lo que dicen. Y también dicen que la vida es un mar de mierda que hay que pasar nadando, quien no sepa nadar la pasará cagando. El enamorado es como el idiota con un espíritu demasiado grande para su cuerpecillo o como un loco que ha nacido en una época equívoca, que ve cosas desconocidas y dice palabras sin sentido. ¡Aquí nace la Psicosemántica! Pero debo luchar por lo que quiero. Es el plebiscito del amor más fuerte. Las mujeres en realidad tienen cabeza, tronco, culo y extremidades. Pero el culo es el centro del mundo que tiene su propio eje lineal. Su visor privado. Su imagen que se encarna en 16 milímetros de mi cerebro. El nuevo mundo. Es un monumento topográfico que crea en mi cotidianidad una adorable genuflexión. Dejar de amar es una grave pérdida. Es una metamorfosis de la inconsciencia. Soy peor que el escarabajo que pone su huevo en el globo del cagajón. “Sólo de errores se aprende y hoy sé que es tuyo mi corazón.”

Martes, en la mañana
Anoche soñé que mi madre me cortaba los testículos y muchas mujeres reían a mi alrededor por causa de mi nueva suerte. Todas eran hermosas. Quería amarlas a todas. Poseerlas a todas. Deseaba destrozarles el corazón y luego abandonarlas a todas. ¡Quiero a mi mamá! Quiero andar detrás de mi mamá repitiendo como siempre sus oraciones de memoria. Quiero ser el rabo de su trabajo diario. El perrito faldero. Protegerle la espalda que ansían manosear todos los hombres. Mi esposa no me habla, mi hija no me mira. La niña es una chica súper poderosa que no necesita del abrazo paterno. Sólo califico para ser su amigo in-imaginario. No estoy en el sitio que quiero. No me siento. El Sturm und Drang me ha relegado al Verfremdungseffect haben. Helena y Paloma me tratan como si hubiese muerto. ¿Estoy Muerto? Debo dormir para sentar cabeza y poner los pies sobre la tierra. Pero antes quiero que alguien me diga qué hacer. Que alguien me indique cómo sustraerme de esta persuasión. Alguien que enderece las curvas que tuercen los caminos de mi rectitud. Soy católico[1]. Aprendí a rezar el rosario con mi madre. Me casé por la iglesia para no vivir con mi mujer en pecado. Pero si aún estoy en la calle, es porque ciertamente no la amo. Mis instintos asestados hacia el apareamiento aún no favorecen la idea de haberme casado. Sin embargo, aún no he adquirido la inmadurez completa para ir a clausurarme a un monasterio oriental al lado de otros perversos con el fin de santificarme. Tampoco voy a cambiarme de nombre, no voy a adoptar un Alias, como los hacen los Pontífices.
Circe anda paseando mi oráculo. Eventualmente, yo soy mi consuelo, mi propia profecía y mi válido consejo. Busco mi auto-aceptación. Mi propia observación. Pero el hombre es una alcahueta de sus propios placeres. Es un creador anónimo de sus anacronismos nefandos. Voy a pensar que deseo a otra mujer. Se llama Circe. No es nada nuevo. Estoy seguro. Pero la ley dice muy claramente: “Hasta que la muerte los separe.” Ahora quiero separarme como lo hacen los famosos, pero el Estado se ha desangrado con el aborto y está a punto de tragarse de un bocado el banquete de la homosexualidad, en lugar de consagrarse en legalizar las migajas del divorcio. “Los maridos deben amar a sus mujeres como a sus propios cuerpos. Quien ama a su mujer a sí mismo se ama.” Es cierto lo que se lee, pero nos hacemos los indoctos y creemos lo contrario. “Te mostraré mi talón de Aquiles, mi poesía.”
La vanidad es fea. Maligna. Cristo fue horrible para ser despreciado. Es la ley. Cuando me veo bello, cuando me toca el desorden del apollineu, entonces, me preocupo. No es una blasfemia, sino un halago. Satanás quiso ser más iluminado. Querer ser más es ser menos. La belleza es el atajuelo hacia el placer. La mujer pare con dolor, pero se venga de los dioses con el poder de su maquillaje. Subir demasiado es acumular impulso para bajar. La soberbia me anuncia que ya es tiempo de volver a caer. Famosos empresarios que empezaron desde el primer piso, terminaron arruinados lanzándose del último. 
Soy consciente de que no puedo contra los dioses. La idea edénica me atormenta. La religión me tortura. Quisiera vivir en el mundo de otro universo que profese otra religión. Otro mundo donde el culo no sea un ídolo de adoración. El mal me ofrece todas las ventajas. Voy a perfeccionarme en lo que es catalogado como malo. Lograr poseer su culo justificará mis medios. El culo de Circe me facilita las cosas que los dioses me hacen difíciles. Porque su culo no es una cosa y tiene conciencia. Él vive. No es inerte. Y a lo largo de mi desplazamiento voy pegando mis carteles: ¡BUSCO UN CULO VIVO! Y ofrezco mi indisciplina como recompensa y exhibo mi desorden como encubrimiento.
Soy un apóstata que actúa bajo presión. La idea de cumplir lo que los dioses sueñan me desespera. Con mi primera oración abrí las rejas del miedo. Soy un alma en pena elegida para arbitrar esta soberbia disputa maniqueísta. Mi cuerpo es el campo de batalla entre el deseo y la castidad. El artista es el coliseo donde se enfrentan los gladiadores del bien y del mal. Es un camerino donde los demonios despluman a los ángeles y los ángeles enredan las colas de los demonios. He sido el chivo expiatorio usado lo más humanamente posible para que odien y sufran todos aquellos que me quieren. Desde mi nacimiento, ya llevaba en mi historia personal la guerra perdida. En el coito de mis padres, ya había heredado todos mis pecados.
 Todos somos modelos referentes. Las gordas de Botero se nutren con la vanidad de mi gente. Pero no todo depende de nosotros. Yo estoy siempre alerta. En defense tous azimuts. Debo conformarme con una venia respetuosa hacia el pecado mortal. Ser la verbi gracia del beneplácito de mi circunstancia. Sé que hay algo que no sé. Algo redondo que va a rodar y no sé adónde irá caer. ¡Sálvese quien pueda! La justicia tarda, pero llega tarde. Hasta que la muerte nos ampare. Una mujer con un gran culo es la muerte. Pero la muerte genera una vida nueva. Y exonera. Eso consideré luego de ver fallecer a mi padre. Un hombre que aún creía que los primogénitos debían ser iguales a los patriarcas.






* Culo, del latín culus, parte inferior y posterior del tronco de los racionales sobre la cual descansa el cuerpo donde uno se sienta.

[1] Había dicho que “culo” es una palabra que proviene del latín, lengua universal de la Iglesia Católica. Entonces, el culo proviene de Roma. Estado que dio a luz el Derecho.